La leyenda del reloj

Fuente: Funpub.com: http://www.funpub.net/funny-pictures/Fantasy/19314/clock

Cuenta la leyenda que en otro tiempo, un tiempo en el que la imaginación lo era todo, en el que las creencias eran poderosas y existían cosas que no deberían existir según la razón humana, había dos príncipes.

Los dos eran bellos y aún más hábiles en todas las artes y deportes, pero con una diferencia sustancial: mientras que el mayor utilizaba la competición y la búsqueda de la mejora constante para conocerse a sí mismo y relacionarse con adversarios de los que aprender y que la mayoría de veces acababan convirtiéndose en buenos amigos, el menor sólo crecía en vanidad, egocentrismo y envidia y competía con la intención de humillar al rival para dejar clara su superioridad.

Un día que corrían los dos a caballo por el campo por ver quién era más rápido pasaron junto a un riachuelo donde había una campesina llenando un cántaro de agua, que al verse sorprendida se le cayó al suelo perdiendo todo el contenido. El hermano mayor detuvo inmediatamente su montura y se afanó por ayudar a la chica, mientras que el menor siguió con la carrera. La chica explicó al príncipe que la había ayudado que era hija de un humilde hidalgo que vivía en los alrededores y le ofreció a éste algo de fruta que también llevaba. Éste la aceptó y estuvieron un largo espacio de tiempo gozando cada vez más de la conversación. Entonces apareció el otro príncipe que regresó para buscar a su hermano y presumir de su aplastante victoria, pero al ver a la campesina, se quedó prendado de su belleza.

En las semanas posteriores, los dos príncipes pretendieron a la muchacha, pero tal como ya se anticipaba, ella se había quedado prendada del mayor y un día empezaron una relación de la que acabó brotando un fuerte amor. Sin embargo, el príncipe menor se revolvía por dentro, tanto por no poder tener a la campesina, como porque su hermano le había ganado en la competición por su corazón.

Entonces, decidió visitar a una bruja que vivía recluida en las montañas, a pesar de que los sabios de la corte le advirtieron que no se debía hacer tratos con ellas, porque gustaban de embaucar a los incautos. Pero el príncipe los desoyó creyéndose más listo que ninguno de aquellos viejos, porque sabía que cuando se paga a una bruja, ésta queda obligada a cumplir su trato. De modo que fue a verla y ofreciéndole un cuantioso pago le pidió que separase a su hermano mayor y a la campesina y que a él lo hiciera por siempre más rápido que su hermano. Ésta le respondió que debería pagar un alto precio, pero él desdeñó a la mujer poniéndole el pago delante de la cara como recordatorio e insistiéndole que ya estaba pagada. Así pues, la bruja se calló, sonrió para si misma y ejecutó la maldición, aunque ella sabía que el amor verdadero no se puede romper, de modo que tendría que hacer una trampa para mantenerlos separados.

El día que el príncipe mayor y la campesina se iban a casar, a las 12 en punto del mediodía, en el momento de darse el beso los esposos se esfumaron ante los asistentes y quedaron atrapados en el reloj de la catedral. Él príncipe en la manecilla de las horas y ella en la de los minutos, de modo que sólo se podrían ver durante un minuto 24 veces cada día. Sin embargo, el hermano menor también se vio condenado al reloj, pero en la aguja de los segundos. Desde entonces, el hermano malvado no para de correr, siempre más rápido que su hermano mayor y viendo siempre el hermoso rostro de la campesina, pero sin poder detenerse jamás ni un segundo.

Por eso, en cada reloj llevamos dos príncipes y una campesina. Uno condenado a correr por toda la eternidad y los otros dos a encontrarse un breve momento en unas contadas ocasiones cada día, pero fijaos que cuando se encuentran parece que desaparezca una manecilla y que por unos instantes, parece que sólo haya una, como dos amantes fundidos en uno.


Escrito en Barcelona el 31 de diciembre de 2014 


Después de tener mucho tiempo abandonado el blog, publico un pequeño relato que he escrito para desearos un feliz año nuevo. Espero que el 2015 nos traiga mucha fortuna a todos, fuerza e inteligencia para llevar a cabo nuestros propósitos y que me permita dedicarme más a este blog y publicar mi primera novela. Feliz año y espero que lo  hayáis disfrutado.

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