Rojo manzana


Este relato lo escribí en Sant Jordi del 2010 para compartirlo con algunos amigos, como un símbolo del libro y la rosa que se comparten ese día (pero más económico para mí). Desde entonces algunos amigos se han alejado y otros han llegado nuevos, así que lo comparto con todos otra vez.

Básicamente se puede describir como un relato escrito rápidamente con tono de humor negro y animismo, como algunas películas de terror de bajo presupuesto. Además, por lo mencionado y por su tono surrealista, me recuerda a algunas cosas que he leído del brillantísimo escritor Terry Pratchett. Así que para mí supone la exploración de un terreno interesante y de paso homenajeo a Pratchett. Que lo disfrutéis


ROJO MANZANA, por Carlos Sanmartín

La manzana caerá del árbol. Caerá del árbol y se la llevará la corriente del río.

¿Pero alguien ha pensado que podría haber un hombre bañándose río abajo y golpearle en la entrepierna? Al golpearle, el hombre caería y se mojaría completamente, saldría del agua para secarse y al buscar algo que le sirviera le caería una araña sobre la espalda. Al notarla se pondría a saltar histéricamente, resbalaría y caería aplastando la pobre araña y golpeándose y fracturándose el cráneo con una roca.

La manzana (ahora manzana-asesina) se encontraría río abajo con otra manzana que acababa de caer de un carro que pasaba cerca. Al intentar coger la manzana antes de que cayera al agua un perro se caería al río sin saber nadar y se ahogaría, aunque mucho antes de esa escena la manzana ya había golpeado en el ojo al horticultor que la había cortado y lo había tirado de la escalera. Nadie supo explicar nunca lo que había pasado, pero la manzana en el suelo se reía para sus semillas.

Volviendo al presente, las dos manzanas reunidas por la romántico y macabra coincidencia, flotarían y flotarían arrastradas por la corriente y finalmente verían que el recorrido finalizaba en una cascada. Se mirarían, no se puede decir exactamente a los ojos porque no tendrían, pero habría dado la impresión de que se mirasen interrogativamente con sus "no-ojos".

Entonces escucharían unas risas con sus “no-oídos” atentos a captar nuevas formas de hacer el mal: un grupo de niños jugando justo bajo las aguas de la cascada. Las manzanas volverían a "casi-mirarse" con maldad...

Teófilo estaba estirado en el prado al lado del río soñando todo esto cuando se despertó pálido y con un sudor frío. Miró alrededor y río nerviosamente, alegre porque sólo hubiera sido un sueño. Se terminó de incorporar completamente y empezó a llamar a las ovejas, cuando oyó un sonido de risas de niños desde la zona de la cascada.

En ese instante se giró lentamente y pudo ver cómo una manzana se desprendía de la rama del árbol y caía al río. Se quedó petrificado y habría jurado que le pareció ver por un instante que la manzana había resplandecido en el aire con una tonalidad rojo sangre.

23 de abril de 2010

Comentarios

  1. ¡Tan burlesco y liado como el propio Pratchett!
    Me he reído al imaginar las manzanas asesinas y su periplo por el río!!! XD
    Felicidades crack!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario, Jordi. La verdad es que yo también me reí mientras lo escribía y fue un placer. Pratchett es el rey y aunque ahora parece más de moda Christopher Moore, no me parece tan bueno. ¡Larga vida al rey! je, je, je

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El último rugido

Draconis Memoriae (Memòries de Drac)